Alejandra ha tomado mi libreta y me ha dejado unos párrafos que he leído hoy en la mañana. Al terminar he girado el auto de regreso a casa. Menos mal, la he encontrado.

No es necesario explicar sus líneas, menos mi tardanza a la oficina.
Te he oído decirle a los chicos: “shhh, tranquilos, es mamá que está en ‘esa etapa’. Limítense a decirle ‘sí mami, no te preocupes’ ”. ¿Por qué hablan de mí como si fuera la loca furiosa de la casa? Ricardo, como dirían, pongamos las cartas sobre la mesa para entendernos. Mis cambios hormonales de los 45 algún día tus los sufrirás a los 55. No te librarás. Si hoy me pongo renegona e insoportable, tú te pondrás panzón, calvo, malhumorado y ese rendimiento de tus 20 años, ¡ja!, ya no lo tendrás. Así que no seas mal esposo y acepta a esta “vieja” con cariño y sin tanto berrinche. Recuerda: hoy por mi, mañana por ti. La menopausia es un ciclo de la vida, no un castigo diabólico. Aceptarse y ser aceptada con amor es lo mejor que se puede hacer para este momento.
No me digas que los 40 de estos tiempos son los 20 de antes. No me voy a tomar licencia de quinceañera, cariño. Los 40 años son eso y punto. Esta “menopaúsica” como susurran ha aprendido hasta este hoy a caminar firme y a enseñar a nuestros hijos a caminar así también, sé a dónde voy y sé como quiero ir. No se puede comparar la experiencia de los 20 con la experiencia de los 40. Esta etapa es hermosa, se sonríe más, se disfruta más. No necesito desfilar por un cirujano para volver a aquella belleza pasada. No necesito terminar con los ojos en la espalda de tanto estiramiento. Sé que no soy la Alejandra que conociste, ambos hemos cambiado, mejor dicho, nos hemos deformado, sin embargo, seguimos caminando fascinados de hasta donde hemos llegado. No estamos viejos, solamente somos vintage. Aceptar que los años avanzan renueva el espíritu, intentar retroceder el calendario te envejece más rápido. La vida continua, todos tuvimos 20 o 30, todos tendremos 50 o 60, y debemos vivir cada día intensamente, vivir a los nuestros, vivir el hoy y el mañana.
Alejandra