Maia, mi nueva psicóloga:

dante y yo vamos a la playa. estoy contenta. descansar ambos de nuestras oficinas y relajarnos. dante está triste, su última cita con su psicóloga no fue como lo esperaba. ella se levantó y le devolvió el dinero pagado por las sesiones. le dijo que no quería volver a verlo más por su despacho. que su hija entre lágrimas un domingo le confesó que se había acostado con uno de sus pacientes. que sabía que había sido él. cuando dante me lo contó pensé: “todavía tenía que tirarse al paciente más jodido pues”. no intentó justificar nada porque era consciente de su responsabilidad. y se fue. ahora yo soy su psicóloga improvisada. no nos va mal en estos días.

belinda se suma al día playero. pongo música para alegrar el ambiente mientras conduzco por el sur hasta encontrar un lugar con poca gente. espero emborracharme un poquito y terminar proponiéndole a dante y a belinda que hagamos un trío, como para olvidarnos de los problemas y todos los rollos de las fiestas. que mejor manera de olvidarse de la semana larga y cansada que follándonos todos. pero creo que eso no lo diré nunca. porque belinda me mandaría a la mierda, porque siempre ha sentido celos de dante. también porque es una mujer rabiosa. y dante, quizá dante diga que sí. pero pienso que me quiere tanto como amiga y sentimental roommate que no mezclaría las cosas.

y ahí estamos. los tres tirados como pandas en la arena. disfrutando de las 2pm, porque el sol ya ha bajado un poquito y no jode mucho. porque hay menos de veinte personas en la playa y hay cierta discreción entre todos, porque tomamos juguito de naranja y contamos chistes cortos. dante está sonriendo y belinda me toma de la mano mientras me hace cosquillas en la panza. suena una canción de chabuco desde el celular de belinda. abrazo a dante y le digo: “haz lo que sabes hacer bien, esa siempre ha sido tu mejor terapia”.

y si tiene que escribir de su vida sexual activa, muy activa, que lo haga. es peor que ir robando o matando. expresarse en sencillo. si tiene que contar su día a día sexual, que lo haga. nadie va a la cárcel por expresar su sexualidad con tranquilidad y sin culpas. vivimos en una sociedad reprimida por eso nos enredamos en tabúes y prohibiciones. nos ponemos, nosotros mismos, barrotes.

le digo a mi par favorito que deberíamos pasar fin de año en esa playa. quizá volver y acampar con pisquito y vodka y muchos chocolates. pensar en las mejores cosas del 2015 y hacer planes para el 2016. pensar en poesía, por ejemplo, en pizarnik. pensar que soy "como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia. como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene."