¿Y si te pudiera dejar mis ojos
para que te veas como yo lo hago?
¿Y si me prestaras los tuyos?

Tal vez seríamos capaces
de ver la forma física del amor
al fin.

A.

Kiara bebe a diario. Bebe hasta quedarse dormida en mis brazos. Saca vasos de plástico y convierte su cuarto en un bar para dos personas. No quiere oír a sus amigos y ya le aburrió leer. Ahora se ha dedicado a ver películas y series todo el día. Se ha mudado lejos de la casa de su padre. No lo quiere ver. No quiere terminar la carrera para él y menos seguir recibiendo su dinero. Por eso ha optado por la independencia. Por llegar a la hora que se le plazca a su cuarto, por no notificar a nadie en donde anda, por cuestionarse menos y hacerse más pajas en las noches. "Las mujeres piensan que decir "hacerme una paja" es solo para hombres", me dice mientras termina la segunda botella. Quiere ahorrar para pagarse la carrera ella sola y terminarla con sus ingresos. 

"No quiero que me entiendas solo que te quedes, bebe conmigo, rajemos de los que cruzan las piernas y hablan de Godard para sonar intelectuales." Me quedo con ella viernes y sábado, el domingo almorzamos pizza con Pepsi. Vemos 'Strangers on a Train' de Hitchcock. Vuelve a quedarse dormida en mis brazos mientras Ruth Roman y Farley Granger se miran con recelo. Es la borracha más rebelde del condominio y también mi novia.

Escrito: 04/17