La hoja blanca siempre fue un reto. Las preguntas que uno se hace para poder armar una historia. Qué contar, cómo contarlo, qué personajes utilizar. Escribir una historia puede ser una tarea difícil o a veces la más simple. “Es que depende de muchas cosas”, me dice mi padre por teléfono.

Puedes tener cientos de ideas en la cabeza, el reto empieza cuando te encuentras frente a tu laptop o a tu libreta o a tu celular (para los millennials). Algunas historias empiezan con frases, lugares o también conversaciones, o a veces todo junto, en ocasiones tocan tu puerta y tu vida sosegada y apacible.

En ciertas ocasiones estás por la mitad de la historia y le das a borrar. Como en una guerra, rescatas a unos cuantos párrafos heridos por tu humor cambiante que haces que gires la trama, por milésima vez. Pero estabas escribiendo un drama y ahora te pasas a la comedia. No te concentras. Destapas una botella de vino. Te alejas del televisor. De Netflix, de tu lista de películas aún no vistas y también del refrigerador.

Quédate sentado. No te muevas. Te dice esa voz interior. Le haces caso. Te mentalizas. "Ahora empecemos". Luego de 30 minutos te das cuenta que vas por la mitad de una historia de desamor. Otra vez la voz interior. "Pero estabas escribiendo un recuerdo de tu infancia, ¿qué pasó?". Sacudes la cabeza. El líquido se acaba pero no vas a dormir. Empieza la guerra contra el sueño. No te vas a rendir tan rápido.

Aún es temprano. Aún es temprano, ¿no? Dejas que alguna lista de Spotify te devuelva la inspiración pero terminas abriendo otra botella y recordando momentos no gratos con personas no gratas o una película o un libro o un libro hecho película. Un cigarro, dos, tres. Café y más música sad. Algunos artistas lo llaman "Síndrome de la hoja en blanco", y no es nada menos que ansiedad en su estado puro. Al comenzar un texto, un dibujo o escultura. Leí que rellenar una hoja en blanco con cualquier cosa que tengas a la mano ayuda a desbloquear esa creatividad dormida. Empecé a hacer garabatos hasta que volví a una idea sólida.

Pasaron tres días y otra vez el bloqueo, y las figuras amorfas con elefantes cinéfilos que conversan sobre la última película de Tarantino. ¿Cuándo se estrena? Encontré un artículo que recomendaba compartir la última idea que tuviste sobre lo que ibas a escribir con algún amigo, amiga, compañero de estudios, de trabajo, etc. Llamé a Estela para tomarnos unas cervezas. Estaba con Rodrigo en un almuerzo familiar así que tuve que esperar hasta la noche.

- ¿Te acuerdas de la historia que iba a escribir sobre el hombre divorciado?
- ¡Claro, claro! Que luego sus hijos lo encuentran perdidazo.
- No, no, eso es de la película que te dije que vieras.
- Ah, carajo, verdad. ¿Cuál hombre divorciado entonces?
- El que era profesor de filosofía.
- Primera vez que me dices de él.
- Porque estabas borracha, no te vas a acordar.

Y terminamos hablando de qué es el pragmatismo, de corrientes del siglo XIX y si el rock pasó de moda o no. Cualquier tema random y totalmente distante de el del eje principal de la reunión. Suele pasar. Es un fenómeno de nuestra era multitasking. Somos multithemes. Pasamos de un polo a otro en instantes. Ya es frecuente en nuestro habla.

Entonces piensas que un atardecer te va a ayudar. 5:34 p.m. Notas mentales. "Un día quiero aprender a tocar guitarra y a cantar. Quiero una plaza en alguna ciudad en las montañas. Que tenga flores en sus extremos y haga un poco de frío. Quedarme unos meses alegrando a los habitantes con serenatas nocturnas a cambio de choclos y arroz. Enseñar a los jóvenes a tocar guitarra y a cantar también. Para que vayan a otros pueblos. Para que enseñen a otros. Para que alegren a otros."

A veces nos olvidamos de la hermosa y desatendida habilidad para usar el sentido común. La ansiedad te ciega, es verdad, pero también te lleva a conocer tus límites y controlarla te cura de esa invidencia. Te muestra el otro lado del río, en donde puedes navegar tranquilamente, tomarte una siesta con una libreta y un lapicero, y al despertar escribir la historia que quieras de la forma que quieras.