A Daniel, por ese abrazo a las 12:00 a.m.



Dante, regresando a casa. Finaliza enero y le prometió escribir algo a su psiquiatra:
me gusta la banda que suena en el móvil de la señorita parada a mi costado. tiene el volumen a todo dar y se oye a los boyce avenue a unos centímetros de distancia. yo estoy tratando de escribir algo. le he prometido a mi psiquiatra escribir algo para la siguiente sesión. "escribe lo que más te ha gustado y lo menos que te ha gustado del 2014". le dije que fácilmente podría hacer un libro con esa información. 
hace demasiado calor y escribir de pie es complicado. se me vinieron a la cabeza las palabras de consuelo en diciembre. "no estás loco, no eres un peligro, estás confundido y tus miedos te están ganando. necesitas control de tus actos". elise a veces dice cosas parecidas. yo sigo oyendo a los boyce avenue y muevo mi pie. 
maia me dice que no me haga rollos. que escriba lo que se me viene a la cabeza. que deje de pensar en cosas elegantes y pomposas. que siempre le gustó mi estilo libre y que deje las píldoras. le digo que no puedo dejarlas, que me mantienen al margen de las crisis nerviosas y los ataques de pánico. que las voy a dejar pronto, que todo es un asunto de actitud.
diego cuando ve las píldoras me mira con ternura. le digo para qué las tomo. me dice que tenga cuidado, que no me vuelva dependiente. siempre está cuidándome, siempre me pregunta cómo me ha ido en el día y casi semanalmente me comparte canciones que me amenizan las mañanas en el metro. 
"compadrito ¿dónde vas a pasar año nuevo?". me propone irnos lejos, yo pienso que es una buena idea. diego y yo nos vamos al sur el último día del 2014. nos sentimos príncipes en la playa. estamos dispuestos a todo. hasta a pasar bailando encima de nuestra fogata. el 2015 llega y nos abrazamos, lloramos, bailamos y brindamos. recordamos momentos sublimes y catastróficos, volvemos a brindar, volvemos a llorar, volvernos a abrazarnos. 
"sabes dante, cuanto te conocí no me caías, no sé en que momento te empecé a querer, sólo sé que ahora eres mi amigo y no quiero que te vayas nunca". en la mañana del primero no teníamos nuestros celulares y no había dinero en nuestras billeteras. nos molestamos un poco por nuestra falta de prudencia. "lo que importa es que tenemos todos nuestros órganos". pasaron unos 10 minutos y estábamos zambullidos en la mar. jugando a hacer castillos con las botellas vacías en la arena. antes que anochezca, envolvemos la carpa y regresamos a casa. "diego, creo que tienes puesto mi calzoncillo, me lo devuelves lavado por favor". hasta ahora no he vuelto a ver esa prenda, pero a él si, y sigo pensando lo mismo que siempre pienso cuando lo veo: amigo, tu sonrisa es lo mejor del día. 
llega la primera sesión del año. elise se suma a las reprendidas por mi año nuevo alocado. le cuento lo sucedido y se ríe. creo que lo olvidará pronto. "¿y llegaste a escribir algo?". le muestro un papel pequeño. hay dos nombres. "dante esto es un boleto del bus". le digo que no había llevado papeles, no tenía pensado escribir ni en el bus ni en la playa. "el primer nombre es el tuyo, está bien, el segundo.. ¿ale..? ¿qué dice?". 
"caramba elise, no sabes lo difícil que es escribir cuando el bus se mueve, cuando el cielo se mueve, cuando el mundo entero se mueve".