Un día hice un poema sobre balcones
solo porque a ti te gustan,
también escribí un relato
de una mujer en Italia
solo porque querías conocer Venecia.

Un día empecé a escribir para ti
y terminé con dos poemarios,
una novela corta y suficiente vodka
en la sangre como para resucitar
a Amy y volverla a matar.