2:58 a.m.
Ando dándole vueltas a un texto imposible. En donde hay una casa, un jardín, existen cuartos grandes en los cuales niños juegan y patalean. Pintan las paredes y revolotean un mandil lleno de girasoles. La trama no cierra. El final no me gusta. Apago y prendo la laptop. Doy vueltas en mi habitación. Me quedo mirando la pantalla. Lloro. Me frustro. Pataleo. Me sofoco. Borro todo. Escribo otra vez. Elimino. No guardo nada.

4:15 a.m.
Estoy escribiendo un texto imposible.