“-¿Y por qué querías que cerrara los ojos? No quieres que te mire, bien mío.
No respondí y la miré medroso. ¡Oh!, allí estaban esos ojos terribles, con todos sus insoportables chisporroteos de sorpresa, de amor y de inquietud. Lina, al notar mi turbado silencio, se alarmó más. Se arrodilló sobre mis rodillas, cogió mi cabeza entre sus manos y me dijo con violencia:
–No, Jym, tú me engañas, algo extraño pasa en ti desde hace algún tiempo: tú has hecho algo malo, pues sólo los que tienen un peso en la conciencia no se atreven a mirar de frente. Yo te conoceré en los ojos, mírame, mírame.”
Extracto de 'Los ojos de Lina' de Clemente Palma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios :
Publicar un comentario